Manuel Jabois se adentra en la infancia de una manera entrañable: a través de los ojos de Tambu, un niño de 10 años que se ve obligado a crecer entre deberes y tardes de juego de ordenador, clicks, y cuartos oscuros, en casa su vecino (y compañero de clase) Elvis. A su lado, Tambu irá disfrutando de lo que significa crecer cuando todos los demás son mayores. A su lado, irá descubriendo que existen palabras como "porro", "paja" o "tener el mono" cuyo significado los demás ocultan, "porque crecer es también ir descurbiendo el significado de las palabras que suenan mal".
La novela me ha gustado mucho. Tiene un estilo que facilita una lectura rápida, con muchos toques de humor. Esto, no obstante, juega a veces en su contra al hacer que en algunas partes cojee la historia (el humor ha de ser un recurso que complemente la historia, nunca algo que se sobreponga a la situación que se describe). A mi juicio, sería una novela de 10 si se hubiesen cuidado esos detalles. Aún así, merece un notable alto. ¡Yo pienso recomendarla!