domingo, 28 de diciembre de 2008

A cien millas de Manhattan


Autor: Guillermo Fesser
Editorial: Aguilar, 2008
Número de páginas: 400

Ya lo advierte Guillermo Fesser en la contraportada: este es un libro que habla de New York, pero no de la ciudad, sino del Estado -¡ese gran desconocido!-.

Así, a lo largo de 400 páginas, Guillermo Fesser nos habla de situaciones cotidianas que vive cuando decide marcharse "a cien millas de Manhattan", para pasar alli un tiempo con su familia, alejado de su pasado en la radio y su vida en Madrid.

El libro, que se lee de forma rápida por su lenguaje ameno y anecdótico, se nos relatan la vida de John Raucci (un corredor que descubre el secreto de las lesiones musculares), de Steve Mosto (experto en vapores subterráneos) y de otros muchos americanos que viven en un mundo de rituales y tradiciones, alejadas de tópicos esterotipos. Un cine de pueblo que proyecta películas españolas, técnicas para pescar salmón o cazar osos, o instrucciones sobre cómo se recoge sirope de alce, son algunas de las historias que se entremezclan en este libro, encantador y recomendable, con el que se aprende un poco más de una cultura americana, muchas veces en entredicho. Para quienes quieran pasar un rato de lectura entrenido, queda recomendado.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Habíamos ganado la guerra


Autora: Esther Tusquets
Editorial: Bruguera
Año edición: 2007

Esther Tusquets cuenta sus recuerdos de “niña ingenua” y adolescente en el entorno de una familia burguesa catalana en los años posteriores a la guerra civil española.
El libro parte de una seria sentencia: “No es verdad -explica la autora- que la guerra civil la perdieran todos los españoles, unos la habían ganado, y lo sabían, y otros la habían perdido y no se les iba a permitir que lo ignoraran ni olvidaran.”
Lo suyos eran una familia adinerada que, como dice la autora, nunca tuvieron que usar su cartilla de racionamiento en la posguerra. La editora catalana justifica el libro diciendo que existen muchas memorias de gente que perdió la guerra pero pocas de gente que reconozca abiertamente que la ganaron.
Tusquets destaca en el libro esos hechos y personas que marcaron su infancia y su adolescencia:
* Un colegio alemán de tendencia nazi.
* Una familia de lo más peculiar con personajes dignos de una obra de teatro: un tío cura antisemita y antimasón que influyó en el mismísimo Franco y que jugó un papel importante en la educación y el futuro profesional de la autora, otro tío nazi (“de opereta” según la autora) que instaló un museo en su casa y que era borracho, vividor, mujeriego, irresponsable y que negó el holocausto aun cuando ya existían pruebas de ello, sus tías Blanca y Sara dos hermanas cara y cruz de la misma moneda, una madre poco convencional franquista pero atea con la que mantuvo una relación amor-odio y en la que ganó el odio…
* Y su militancia en la Falange durante año y medio que la hizo ver que no todos habían perdido la guerra.
Otro aspecto muy interesante de estas memorias es el relato del papel de la mujer burguesa en la posguerra: "Una señora de la alta sociedad podía acostarse sin recato con unos y con otros, coleccionar amantes, sin que nadie o casi nadie, por mucho que se la critica a sus espaldas, se animara a dejar de tratarla, pero, si esta señora se separaba de su marido, ya podía despedirse del golf del Prat, de los clubes y sociedades realmente selectos".
El lenguaje del libro es sencillo, directo y lleno de ironías y de un humor punzante. Un lenguaje y una forma de contar estos recuerdos que dejan claro que a Esther Tusquets se la trae al pairo lo que se diga de ella a partir de este libro. Esto es lo que vivió y lo cuenta tal cual.
Sólo hay una cosa que yo hubiese añadido al libro: fotos de los personajes y de los lugares que describe.