jueves, 10 de marzo de 2011

Diario de una golondrina


Diario de una golondrina
Amélie Nothomb
Páginas: 105
Editorial Anagrama de Bolsillo.


Me gusta mucho Amélie Nothomb. Creo que ya lo he dicho en repetidas entradas de este blog. Pero creo que he vuelto a tener mala suerte con la elección, ya que Diario de una golondrina no me parece uno de sus mejores libros.

En él se nos relata la historia de Urbano, un tipo que no siente necesidad sexual, que ignora el gusto por los olores o sabores cotidianos y que permanece impertérrito al placer que proporciona la música -excepto la del grupo Radiohead, que le evade de un mundo que le resulta monótono. Urbano, en medio de su pasotismo vital, atropella accidentalmente a un peatón y acaba siendo despedido de su empresa, lo que le precipita a terminar trabajando como asesino a sueldo, un empleo que le viene como anillo al dedo habida cuenta de su incapacidad para sentir y su carácter frío. La necesidad de sangre y la indiferencia con que Urbano aniquila a mujeres y niños le granea el favor de sus superiores, que terminan encargándole una muerte curiosa: la de un Ministro del que debe robar su cartera (en la contraportada del libro, se nos relata que Urbano comete una falta en este encargo, así que la menciono en este post, a pesar de que sucede bien avanzado el argumento del libro: Urbano roba el diario de la hija del ministro).

Aunque el libro se lee con facilidad y las últimas páginas tratan de remontar la tensión narrativa, creo que Diario de una golondrina carece de la profundidad de otros relatos de Nothomb, a saber: Ácido Sulfúrico, Estupor y Temblores, Cosmética del Enemigo o Antichirsta. En mi opinión, Diario de una golondrina cuenta con la ventaja de otros libros de la autora, al ser muy corto y amigable, lo que lo convierte en una buena opción para pasar una tarde de entretenimiento. Aún así, yo no lo incluiría dentro de sus publicaciones imprescindibles y me aventuraría a recomendar otro libro suyo.