lunes, 5 de mayo de 2008

Chesil Beach


Autor: Ian McEwan
Traducción: Jaime Zulaika
Editorial: Anagrama
Número de páginas: 192
ISBN 978-84-339-7470-9


Es el primer libro que leo de Ian McEwan, no soy, pues, de esas personas que ya venían impresionadas por la novela (y película) anterior, “Expiación” y por lo tanto puede decirse que llegué “virgen” a este ultimo lienzo trazado por el escritor británico.

He utilizado a propósito la palabra “virgen” porque ahora me sirve para hablar del libro. Digamos, para no estropear demasiado el argumento a un futuro lector, que cuenta, a través de la noche de bodas de la pareja protagonista (Florence y Edward), todo el sentir de una década, la de los años 60, enclavada en la encrucijada en la que se vio envuelta una provinciana y puritana Inglaterra, entre la recuperación de las secuelas de la segunda guerra mundial (años 50) y el despertar a la libertad moral que supusieron los 70.

Florence llega “virgen” al matrimonio con Edward, porque así lo exige la moralidad de la época, los tabues y las encorsetaciones morales a las que su pertenencia a la clase media-alta inglesa le imponen. Es la representación del pasado. Edward llega “virgen” al matrimonio porque ama a su novia y respeta su decisión de no “llegar más lejos”, pero él ansía la libertad de acción, la libertad de pensamiento, la libertad que está a punto de estallar en un próximo futuro. Edward pertenece a la franja más baja de la clase media. El enfrentamiento se produce tanto en el plano personal de ambos personajes como en el plano social de ambas clases.

Los dos quieren salir de sus respectivos mundos, pero mientras que en eso están de acuerdo, no lo van a estar en la forma de llevarlo a la práctica. Edward y Florence se casan, y van a pasar su noche de bodas en un hotel junto a Chesil Beach (como curiosidad, al final del libro el autor dice que el hotel no existe realmente). Y lo que sucede esa noche es la materia con que McEwan construye su libro. Y hasta aquí puedo contar.

A lo largo de las páginas Ian McEwan describe todo un pasado (de pesada carga) y construye un futuro (de anhelos), desentrañando toda la maraña de afectos que se forman en torno a la familia de cada uno de los protagonistas, entre ellos mismos, y de ellos, juntos y por separado, con el mundo que les ha tocado vivir. Toda la obra está presentada como un drama que podría ser verídico, que podría haberle ocurrido a cualquiera en aquellos años y que nos invita inexorablemente a realizar una profunda reflexión acerca de nuestro propio posicionamiento. ¿Entendemos a Florence o a Edward? ¿A los dos, o a ninguno?

En realidad lo que consigue inmediatamente nuestra adhesión es la crítica velada a una sociedad moralista, con un alto concepto de “clase”, encorsetada y vigilante estrema de todos los ambitos que deberían pertenecer a la intimidad.

Quien lea el libro puede pensar también que los personajes están llevados un tanto hacia el extremo de sus respectivos roles. Yo creo que Ian McEwan lo ha hecho a propósito para poder intercalar (y que destaque) las dosis necesarias de la historia anterior de los protagonistas, siempre en su momento adecuado: La situación mental de la madre de Edward y la complicidad de su padre; el autoritarismo extremo del padre de Florence y la indiferencia de su madre. Por cierto que en este tema, hay una cuestión que no me ha quedado muy clara, y es la referente a la relación entre Florence y su padre. Hay veces que se describe con demasiada liberalidad, como dejando intuir una relación casi incestuosa, pero en otras ocasiones se aparta completamente de esta idea, mostrando un perfil del padre más severo, más normativo. No entiendo muy bien que ha querido el autor expresar con esas menciones veladas a la relación de Florence con su padre. Tal vez tenga algo que ver su propia historia personal, la de McEwan, pues recientemente he leído que descubrió, hace muy poco tiempo, que tenía un hermano.

En fin, un libro que me ha encantado, que hace reflexionar, que resulta a veces claustrofóbico por la sensación de incomunicación que trasmiten los protagonistas y otras se muestra tierno en extremo por la forma tan cuidada con la que llevan ambos su relación. Que de excesivamente lento al principio (parece que puedes contar los segundos que transcurren entre una escena y otra) a increiblemente rápido al final, contando a vuelapluma todo el resto de sus vidas. Una muestra de habilidad narrativa, para mi, que me hará volver a encontrarme otra vez con este autor. Seguro.


(Opinión de AlmaLeonor)

7 comentarios:

Carmen Neke dijo...

Hola AlmaLeonor, hay varias cosas en tu comentario de "Chesil Beach" con las que no estoy de acuerdo, pero no voy a entrar en ellas para no chafarle la lectura a nadie. En lo que sí coincido contigo al cien por cien es que es una novela magnífica, y que todo el mundo debería leérsela.

Lo que sí quiero comentar es tu referencia a la relación de Florence con su padre. Como bien dices no se dice muy claramente cuál es el problema entre los dos, al igual que tampoco se explica la frialdad de la madre hacia su hija: todo esto podría apuntar, efectivamente, a una relación incestuosa entre padre e hija que también explicaría otros problemas de Florence. Pero creo que es algo que el autor hace muy conscientemente, y no solamente en cuanto a este tema sino en todo el libro: hablar de detalles superficiales y no nombrar lo realmente importante.

Me parece que con esto McEwan quiere poner de manifiesto la cultura social del "de eso no se habla" que dominaba la vida de los protagonistas y sus familias, y que les lleva a terminar como terminan. En una de las últimas páginas de la novela hay una cita para mí fundamental para entender toda la obra (cito de memoria, no tengo el libro a mano): "Así es como perdemos nuestras vidas, no diciendo lo que tenemos que decir".

Anónimo dijo...

¡Hola!
Carmenneke, muchas gracias por tu apreciación. Creo que tienes razón en cuanto a las cosas "sobre las que no se habla". Por otro lado, estoy deseando que comentemos esas otras cosas de las que hablas. Cuando envié este comentario a Libropina, no me acordé de que está pendiente de comentar, lo siento.
Besos.AlmaLeonor

jerrewell dijo...

Aunque está calentito en mi mente porque acabo de leerlo, puedo decir que es totalmente recomendable. Además de estar escrito de forma exquisita, Chesil Beach habla perfectamente de los sentimientos más íntimos (los ligados a la sexualidad) en una época de tapujos sociales.

Anónimo dijo...

Tenia mis reticencias con este autor, pero después de haber leido tu comentario lo leeré y ya comentaré lo que me ha parecido

mjose dijo...

Como siempre, AlmaLeonor tan acertada. Me ha encantado tu comentario. Me dan tentaciones de quitar el mio.

estherlara dijo...

“Eran jóvenes, instruidos y vírgenes aquella noche, la de su boda y vivían en un tiempo en que la conversación sobre dificultades sexuales era claramente imposible”.

Para mí eran dos almas vírgenes, libres e incompatibles cuyos deseos no se ajustaban a ninguna norma. Él, un veinteañero que en sus incesantes ganas de culminar el acto sexual con su “chica” descuida las posibilidades que ella le ofrece en la esperada noche de bodas, unas posibilidades aferradas a la inmadurez emocional que tiene para afrontar las consecuencias de sus actos, sobre todo en una época en la que las dificultades sexuales eran claramente imposible. Dos seres que esperan reacciones distintas uno del otro, una novela que atiende a las limitaciones del miedo, al rechazo del impulso o a la falta de seguridad personal, sentimientos universales del ayer, el hoy y el mañana. (Y esto es lo que más me ha gustado)

Describe con exquisita sutileza el sexo o las relaciones humanas. Sin embargo, carece de ritmo. Al comienzo describe aspectos humanos con una delicada determinación y sin embargo, al final ese ritmo se mezcla con la velocidad dejando atrás esa resolución del detalle, (que tanto me gustaba), la descripción arriesgada en la vida de los personajes…una vida más bien explicativa (hecho-causa-consecuencia)…

No describe los detalles de su vida, como al comienzo…y eso no mola. Ah! Y también echo de menos que hable de cómo ha trascurrido la vida de ella…-algo que me gusta-…porque da pie a la incertidumbre, a la duda…a la imaginación…aspectos que no estan sustentados en lo racional; matiz abstracto y cómo tal diseñado por tí y por tanto muestra un aspecto íntimo del ser humano, algo personal- y gusta - nada...nota media (6) apunto del notable…si me pongo estricta claro…jajaja…y si no un 6,5…jajaj..

estherlara dijo...

“Eran jóvenes, instruidos y vírgenes aquella noche, la de su boda y vivían en un tiempo en que la conversación sobre dificultades sexuales era claramente imposible”.

Para mí eran dos almas vírgenes, libres e incompatibles cuyos deseos no se ajustaban a ninguna norma. Él, un veinteañero que en sus incesantes ganas de culminar el acto sexual con su “chica” descuida las posibilidades que ella le ofrece en la esperada noche de bodas, unas posibilidades aferradas a la inmadurez emocional que tiene para afrontar las consecuencias de sus actos, sobre todo en una época en la que las dificultades sexuales eran claramente imposible. Dos seres que esperan reacciones distintas uno del otro, una novela que atiende a las limitaciones del miedo, al rechazo del impulso o a la falta de seguridad personal, sentimientos universales del ayer, el hoy y el mañana. (Y esto es lo que más me ha gustado)

Describe con exquisita sutileza el sexo o las relaciones humanas. Sin embargo, carece de ritmo. Al comienzo describe aspectos humanos con una delicada determinación y sin embargo, al final ese ritmo se mezcla con la velocidad dejando atrás esa resolución del detalle, (que tanto me gustaba), la descripción arriesgada en la vida de los personajes…una vida más bien explicativa (hecho-causa-consecuencia)…

No describe los detalles de su vida, como al comienzo…y eso no mola. Ah! Y también echo de menos que hable de cómo ha trascurrido la vida de ella…-algo que me gusta-…porque da pie a la incertidumbre, a la duda…a la imaginación…aspectos que no estan sustentados en lo racional; matiz abstracto y cómo tal diseñado por tí y por tanto muestra un aspecto íntimo del ser humano, algo personal- y gusta - nada...nota media (6) apunto del notable…si me pongo estricta claro…jajaja…y si no un 6,5…jajaj..